miércoles, 12 de noviembre de 2014

El Manantial (por: Ayn Rand), mi pequeña critica



EL MANANTIAL.

El manantial, novela de Ayn Rand publicada en 1943. Su acción arranca al comienzo de los años veinte, transcurre más que todo en Nueva York y se extiende por más o menos 15 años, donde se puede apreciar la aparición de la modernidad y su ideal de progreso, en esta, participa Roark, uno de los personajes principales de esta historia, este tiene sus propias teorías respecto de la arquitectura y está muy seguro de ellas, aunque en la universidad sean pocos los profesores dispuestos a reconocer su valor, es considerado como a un genio que tiene como único fin en su vida realizar su obra, se representa en él  al que se le llamaría  el arquitecto perfecto, este chocara contra el modelo que sigue Keatin, quien es el mejor estudiante de su promoción y se gradúa con honores, aunque lo cierto sea que tiene menos talento que ansias de ser reconocido por los demás, representa el modelo de arquitecto que vende sus ideales por reconocimiento, en esta época sigue lo que sería el clasicismo que está en pleno auge y que domina la arquitectura en ese momento, y también podremos ver a Ellswoth Toohey es un crítico de arte y es el antagonista de Roark, el que se vale del altruismo para moldear los pensamientos de la gente para obtener todo aquello que quiere.
Pero en esta novela también podemos ver como sobresalen otros temas como el amor al trabajo vs fama o la figuración social; la independencia del criterio vs la búsqueda de aprobación; egoísmo vs altruismo, en sí, podemos analizar como el individuo se enfrenta  a la sociedad, o en si a  la colectividad.
Acá podemos ver como en este relato se defiende la doctrina filosófica del “objetivismo”, que sostiene que el egoísmo es el motor del avance de la humanidad.
El libro muestra a un arquitecto egoísta, pero no toma el egoísmo como un defecto, sino como una virtud para el desempeño de su profesión, pues esta es la que moldea su personalidad.
Acá podemos ver como entra en acción  Roark ya que este quiere es hacer su trabajo como él cree que está bien, no se subordina ante nadie, sea cual sea su posición social ni su posición en la empresa en la que está trabajando, ni siquiera si este es su profesor. Roark solo pone una condición a sus clientes, que ellos respeten su trabajo y lo acepten, muchas veces esto le cuesta perder clientes y tener que dejar la profesión de arquitecto durante unos meses porque no encontraba encargos.
En mi opinión no me parece que  el egoísmo deba  impulsar una profesión como lo es la arquitectura, pues esta intenta realizar una labor social, si tiene algunas características egoístas, pero estas no son las que la impulsan, la gente debe exponer sus ideas, verlas materializadas, debe defender su manera de vivir y de hacer las cosas, etc… pero en el libro se plantea a un arquitecto que a mi opinión hace sus obras de manera muy impersonal, como si no fuera a vivir nadie en ellas o a utilizarlas, solo como si fueran una escultura.
Muchas veces podemos aprecias como Roark muestra una actitud demasiado radical, ignora más de la cuenta al cliente, en vez de tenerlo en cuenta, es fácil saber que muchas veces el cliente no tendrá del todo la razón, y  tampoco digo que pueda mandarnos de sobremanera, pero acá, el protagonista lo ignora totalmente,  cuando perfectamente  se puede intentar llegar a un acuerdo o simplemente explicarlo con hechos el por qué de su equivocación, Pero acá  es  Roark quien rechaza  sin dar oportunidad de llegar a un acuerdo. El libro explica que el ser humano debe ser egoísta y eso es lo que hace Roark, no intenta ayudar al cliente a entender porque él tiene razón, no se esfuerza en ello. Sabe que tiene la razón pero le niega al cliente la oportunidad de tenerla él también.
Al contrario que Roark, a  Keating no le gusta ser arquitecto como tal, aunque lo sea; le gusta que le vean como arquitecto y que lo respeten. No trabaja porque le guste , ni por ver su trabajo,  ni por aprender…  trabaja para obtener méritos a ojos de otras personas, es prácticamente un esclavo de los demás, no es libre como Roark.
Keating busca los trabajos no porque se interese en ellos o vaya a disfrutar elaborándolos, sino por la importancia social que pueden tener sobre él. Es una persona que se encuentra muy a gusto cuando los demás lo halagan y todo su trabajo está centrado en ello.
Estoy segura que  no le importaría  que un arquitecto mejor que él le haga un trabajo y lo ponga a su nombre, siempre y cuando él se lleve los méritos. Keating para mí, equivale a lo que sería, algo así como un parásito, pero este al contrario que Roark, parece un personaje más normal, ya que tiene sentimientos y muchas veces se desmorona.
 Roark es demasiado rígido, no muestra emociones humanas más que el egoísmo, esto hace que el personaje sea imposible, pero si se analiza desde otro punto de vista, y si se lleva a la realidad, podríamos decir que el trabajo de un arquitecto sería más satisfactorio si no existieran profesionales como Keating, ya que estas personas se sublevan a los gustos de los demás y acostumbran a la gente a pensar que ellos tienen derechos sobre el diseño del arquitecto, ya que se meten y editan, y prácticamente arruinan el trabajo pues muchas veces no conocen la raíz de esta decisiones tomadas  y las razones de porque fueron hechas, y el cambio suele ser por capricho de aquel que pone el dinero, haciendo que se encarezca la obra con detalles estéticos sin sentido en numerosas ocasiones. Aquí es donde podemos ver como hace falta algo de profesionalismo, y nos permite ver que si cada arquitecto llegamos a  tener un poquito de esa pasión y egoísmo que caracterizan a Howard Roark, el trabajo del arquitecto sería mucho más “fácil”.
Ahora empezando por la parte estética, ¿quién la define?, ¿la funcionalidad donde aparece?, ¿se sacrifica una por la otra, o se intenta llegar a un equilibrio?, acá es donde  se pone a prueba la confianza que se le de la sociedad al arquitecto, pues este a mi parecer es el encargado de esta, es lo que pienso en mi opinión como estudiante de esta carrera,  ya que deberían ser los arquitectos los que les enseñasen a la sociedad, no la sociedad la que controle la estética a la cual se debe someter el arquitecto, ya que este proporciona una ayuda tomando investigaciones que previamente se van realizando para encontrar como avanzar de una manera más práctica, sin dejar a un lado la estética tan requerida en la sociedad actual.
Esta sociedad que manipula la creatividad y el individualismo del creador está personificada por Ellsworth Toohey, un crítico de arte que se sustenta de trucos y de sus amistades para destruir los ideales de todo aquel que sobresale en algo. Utiliza el altruismo para manipular el pensamiento de la gente  que no está lo suficientemente abierta a nuevas formas de ver el arte. Logra hacer que el público no acepte lo nuevo, lo que no entienden, él no quiere figuras que sobresalgan, busca la mediocridad  sin ningún tipo de avance artístico, para mí como que desea un  estancamiento del cual solo el sale provechoso.
En definitiva, la obra de Rand muestra algunas de  las virtudes e ideales que debe tener un arquitecto para  realización de su trabajo y para que la arquitectura pueda seguir avanzando sin los prejuicios de la sociedad, pero también muestra un personaje radical al extremo, no hay que olvidar que el arquitecto tiene en su deber relacionarse con las personas, ya que su trabajo afecta a la sociedad directamente. Se debe mantener firme y con ideales claros, pero debe saber también que existe u limite para todo ya que por ejemplo, el protagonista de la novela no es un padre de familia que tiene que dar de comer a sus hijos, ¿qué pondría más en ese caso, sus ideales o el bienestar de su familia? La respuesta es obvia, esto no lo pongo como excusa para liberarse de un ideal planteado, solo lo proyecto como una posibilidad que en el libro no se refleja.
 En mi opinión, “El Manantial” es una lectura muy entretenida, me permitió desarrollar una crítica pequeña, y enfocarme en cómo me enfrentaría ante situaciones como estas y en planteamiento de mis ideales como estudiante de arquitectura, Puedo admitir como estudiante que pienso muchísimo en mis notas y en aprobar las asignaturas, me encanta el hecho de analizar  y descubrir la historia detrás de cada cosa (edificio, etc. );  algunos pensaran que todo está listo y que será facilísimo , otros ceden, eso dependerá de cada quien y como se  formen como profesionales.

La novela de Ayn Rand te permite analizar muchas cosas que lo más probable es que si te toque afrontar, pero creo q en vez de llegar a identificarte con uno, deberías analizar que si sí lo haces, replantees esos ideales, porque con uno eres un flojo que busca la vida fácil, y pues a estos en algún momentos les resultara peor, o eres alguien que buscando una perfección unitaria y  termina como un arquitecto apasionado pero “deshumanizado” por así decirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario