miércoles, 16 de septiembre de 2015

MEMORIAS DE UN PAÍS A ESPALDAS DE SU PASADO



MUSEO NACIONAL DE LA MEMORIA DEL CONFLICTO ARMADO



A pesar de que Colombia ha soportado durante muchos años una guerra sin medidas, en diferentes tempos y por razones diferentes y a veces sin estas, para ser sinceros, se puede llegar a ver y decir, que parece ser un país sin memorias, ya que si nos ponemos a ver, no cuenta en sí, con grandes monumento que compartan los relatos heroicos y parece que nos encontráramos de espaldas a nuestro pasado. 

Si nos ponemos a ver las grandes potencias mundiales y los países en general alrededor del mundo, como ejemplo pongo a Europa, se pueden apreciar en cada esquina un arco, una estatua o un museo que recuerdan y representan incluso los hechos más traumáticos de su historia como el Holocausto nazi o la Guerra Civil española, y estos hitos sobreviven en el imaginario en gran parte gracias a estos monumentos. 

En Colombia, por el contrario, ese pasado no tiene formas tangibles, ni representantes innatos, no hay nada que nos recuerde la toma y destrucción del Palacio de Justicia, ni las bombas de Pablo Escobar, ni las masacres como la de Bojayá, es como se dice comúnmente, “aquel que no conozca su pasado, está destinado a repetirlo”, eventos tan importantes como el del Bogotazo, que dio paso al período de La Violencia, apenas y podemos ver una placa en la carrera 7ma con él un mensaje poco inspirados que dice: “Aquí cayó Jorge Eliécer Gaitán, caudillo del pueblo”. 

“Uno se muere cuando lo olvidan”, el escritor antioqueño Manuel Mejía Vallejo lo dice, y parece que nosotros los colombianos estamos intentando olvidar parte de nuestro pasado, que aunque no es el mejor, es lo que nos hace nosotros. 

El lanzamiento del Museo de la Memoria que estará ubicado en la capital, tiene tanto significado para nuestro país, que esperamos que sea lo que todos esperamos. Su construcción fue ordenada por la Ley de Víctimas y tiene como fin retratar la “historia reciente de la violencia en Colombia”, “restablecer la dignidad” de quienes la sufrieron y “difundir la verdad sobre lo sucedido”, será construido en un lote de 20.000 metros cuadrados en la calle 26 con carrera 30 y estará listo en el 2018 para su apertura.
 Estará en el corazón del Eje de la Memoria, donde se han desarrollado importantes proyectos por la calle 26 alrededor de este tema.

La misión de construir el nuevo museo de la memoria será difícil, pues este es un tema sensible políticamente y que las personas en general no toman a la ligera, pues cada tema tiene no solo ni 1 ni 2, sino varios bandos, solo basta recordar a Elvira Cuervo de Jaramillo, cuando fue directora del Museo Nacional, quien propuso llevar allí la mulera que Manuel Marulanda siempre llevaba en su cuello porque, según ella “la historia también hay que contarla con objetos. Pero me cayeron rayos y centellas porque la gente pensaba que era una apología a Tirofijo”, tema sensible, es bastante obvio. 

Incluso los mismos historiadores colombianos han tenido problemas para el desarrollo de la línea de tiempo de la guerra, y su inicio en sí.
Pocos creen que un museo sea capaz de sanar la memoria de un pueblo, pues se dice que hay que primero solucionar las necesidades básicas y pasar la página de la historia sin mayor reflexión, cuando estas deberían ser las primeras en ser leídas. El premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa tuvo que crear un movimiento nacional para que este fuera realidad. “Los museos son tan necesarios para los países como las escuelas y los hospitales. Ellos educan tanto y a veces más que las aulas… Ellos también curan, no los cuerpos, pero sí las mentes, de la tiniebla que es la ignorancia, el prejuicio, la superstición y todas las taras que incomunican a los seres humanos entre sí y los enconan y empujan a matarse”, escribió en una columna en el diario El País de España.

 Los psicólogos dicen que el impulso de no olvidar es innato y cada comunidad lo expresa de manera diferente. Los museos de la memoria son como un espejo creado para reflexionar sobre un pasado oscuro que no puede volver a ocurrir, esto lo suelen decir los expertos, y cumplen otro objetivo fundamental que es el de enseñar, pues ayudan a romper estereotipos y a complejizar la lectura de los hechos, y en últimas a lograr la reconciliación. En sus recorridos se espera que la gente se eduque moralmente contra la indolencia y el olvido. Eso es lo que han intentado hacer estos espacios después de la Segunda Guerra Mundial, en nuestro caso, este museo representa el legado de indignación que nos dejarán las víctimas de esta guerra a esta generación y futuras, pues debe evocar la clemencia, la piedad, la compasión y hasta la admiración por la resistencia que tuvieron los sobrevivientes. Ciurlizza nos dice, “Los lugares de memoria sirven como referente de lo que fue la banalidad del mal (en palabras de Hannah Arendt) para recordarnos que los seres humanos –puestos en especiales circunstancias– pueden cometer atrocidades sin nombre, pero que también son capaces de historias de esperanza y de resistencia”. 

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en asociación con la sociedad colombiana de arquitectos, hicieron definitivo las bases del Concurso Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del museo nacional de la memoria en Mayo del 2015 y las inscripciones estuvieron hasta junio 2015 representa un gran proyecto a nivel urbanístico, y de gran importancia política, ya que el museo está pensado para que tenga un carácter monumental, memorial, reparador y de enseñanza.


El Museo Nacional de la Memoria, se espera que cumpla con altos estándares de calidad con respecto a sus espacios que estén adecuados para el debate, la creación, la consulta y la reflexión sobre las dinámicas del conflicto armado, la resistencia y la construcción de paz en Colombia.

A vista simple, teniendo solo en cuenta las fachadas del proyecto, el cual es el ganador de entre 72 propuestas, parece, en mi opinión, una fábrica gris de techos de colores variados, para los jurados es un edificio de “una sencillísima combinación de cuadrados alternados que crea una riquísima y compleja relación de espacios de variadas escalas y condiciones lumínicas”, dicho por ellos tan dividido y que aún en día se vive el conflicto, Por eso, el informe presentado por el jurado habla de un propósito claro y especifico con esta edificación “El rescate de la memoria como antídoto efectivo frente a la negación, la deformación o la indolencia frente a la mismos.

 Poniendo eso a un lado que en la parte externa y viendo como es el frente que pretende atraer y llamar a la gente a un recuerdo, en mi opinión no es el diseño apropiado, el diseño no trata en total de la parte física solamente, las víctimas, los académicos y los museólogos coinciden en que la parte más difícil es el guion o el semblante museo gráfico, que es el diseño de un museo de la memoria en un país violencia”.










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